Uno de nuestros temas más polémicos salta a las revistas serias. British Medical Journal se hace eco de una discusión cada vez más famosa. ¿Tiene sentido que los organizadores intenten limitar el uso de Twitter en congresos médicos?
El problema de Twitter en congresos médicos
Twitter es una herramienta fantástica para compartir información en congresos médicos. Permite resumir lo más interesante. Compartir todo tipo de contenidos. Debatir con compañeros dentro y fuera del congreso. Y crear toda una red de networking de contactos profesionales interesantes.
Sin embargo, muchos congresos tienen una política curiosa. Por una parte quieren tener visibilidad en Twitter pero por otra parte prohiben la difusión de contenidos. Un ejemplo clásico es la Sociedad Europea de Cardiologia. Desde hace años tiene la política de prohibir las fotografías de los contenidos científicos. Pero hay muchos otros congresos en todo el mundo que aplican las mismas restricciones.

Visto en un congreso médico. Aquí incluso amenazan con confiscar el teléfono móvil
Twitter y las reglas de los congresos médicos
British Medical Journal publica esta semana de la mano de Trish Groves (@trished), editora de Open-BMJ una reflexión sobre los motivos que pueden tener los organizadores de los congresos para querer bloquear el uso de Twitter y las redes sociales.
- Aparentemente la principal razon es el deseo de proteger la propiedad intelectual de los ponentes e investigadores que participan en el congreso.
- Otra posible preocupación sería dar una visibilidad excesiva a unos datos que no han pasado por revisión por pares.
¿Hay alguna regla?
Aunque no hay una normativa clara, hay dos «reglas» que podrían tener aplicación:
- La Regla de Chatham House. Establece que los participantes en un congreso pueden usar libremente la información que reciben. Pero siempre que no identifiquen ni la persona ni el centro de procedencia. El objetivo de esta regla es favorecer el intercambio de información y la discusión. Su base es la idea de que el anonimato permite que se pueda hablar más libremente. Sin embargo va en contra de una de las reglas básicas en Internet, que es dar reconocimiento al autor.
- La Regla de Ingelfinger. Creada en 1969 por el editor de New England Journal of Medicine. Establece que para que un artículo sea «publicable» debe ser original. «Ni la sustancia ni las figuras o las tablas deben haber sido publicados antes en ningún sitio». Aquí la duda es si tuitear datos de un trabajo en un congreso es publicarlos. Y si podría crear un problema al autor, que podría encontrar dificultades para publicar en revistas. Sin embargo la regla «no aplica a los abstracts publicados en congresos ni a la información de prensa derivada de una presentación pública formal en un congreso». Asi que parece también poco aplicable a Twitter.
La gran discusión
En su nota de BMJ, Trish Groves hace referencia a un post muy interesante del paleontólogo Jon Tennant (@protohedgehog). Este artículo resume las preocupaciones sobre el uso de Twitter en congresos aparecidas en un debate con sus colegas. Aunque el debate original estaba centrado en el Congreso anual de la Sociedad de Paleontología, las ideas son perfectamente aplicables a los congresos médicos.
- Twitter hace dificil controlar cómo se difunde la información, que puede tener menos impacto si se propaga de modo incoherente.
- Una idea espinosa es si es necesario el permiso del ponente para tuitear sobre las cosas que comunica. Hay personas que opinan que tuitear el sobre el trabajo de alguien sin su conocimiento o permiso no solo es poco respetuoso sino que podría ser considerado poco ético.
- Twitter podría hacer que se difundieran datos científicos de peor calidad. Los datos presentados en comunicaciones no han pasado por el proceso de revisión por pares que se hace en las revistas médicas.
- Es posible que se trasmita información de forma incorrecta, ya que se pierde todo el contexto porque los tuits por definición son breves.
- Existe el miedo a que la discusión abierta en Twitter pueda dar problemas para publicar los trabajos en revistas científicas (aunque no parece que se haya producido aún ningún caso).
- Sería necesario que los congresos publicaran sus normas de forma clara.
- Hay muchos ponentes a los que les gusta que su trabajo sea difundido en Twitter. Pero eso no quiere decir que a todos les guste.
- Habría que valorar la posibilidad de tener a alguien revisando el timeline de los tuits del congreso para comprobar que siguen las normas.
- Hacer fotografías de las diapositivas… parece un anatema… salvo que la información ya sea pública o se tenga permiso expreso del autor.
- ¿Son públicas las conferencias? ¿La idea es dar la visibilidad más amplia posible a la investigación… o sólo discutirla con los colegas que están en la sala?.
Dos razones más, económicas
Hay dos razones más para que la organización de un congreso ponga pegas al uso de redes sociales. Del tipo que no vamos a ver escrito nunca en artículos formales. Porque tienen que ver con el espinoso punto del dinero.
- Hay muchas personas que tienen la idea de que la difusión libre de los contenidos de un congreso pone en peligro la asistencia. Porque, si todo va a salir en Twitter ¿qué motivo tiene la gente para inscribirse en el congreso? Y menos asistentes supone menos ingresos, en un momento en el que la organización de un congreso es cada vez más y mas dificil.
- Y hay organizaciones que usan las presentaciones del congreso como un nuevo producto que puede ser comercializado. Bien como un producto para venta directa o como beneficio para promover la inscripción de socios.
Bienvenidos al debate
Cada vez somos más los médicos tuiteros. Y cada vez es mas frecuente que tratemos este tema en Twitter. Así que os quiero animar a que os suméis a la discusión. ¡Hay muchas preguntas que debatir!
- ¿Tiene sentido que las organizaciones pongan limitaciones a la difusión del conocimiento en nuestros tiempos del #OpenData?
- ¿Qué «derechos de autor» tiene el ponente que revisa un tema y utiliza en sus diapositivas los trabajos ya publicados en revistas científicas?
- ¿Hace falta el permiso del autor para difundir algo que ya está presentando en público?
- ¿Puede una organización «controlar» la información que aparece en un congreso? Tenemos un ejemplo muy reciente en el Congreso Americano de Diabetes que demuestra que cada vez es más dificil…
- ¿Puede restringir una organización que cobra un pastizal por la inscripción los derechos de los asistentes? ¿Hasta el punto de confiscar el teléfono móvil si hace fotos de las presentaciones?
- Y sobre todo… Viendo que muchas personas hacen fotos, toman notas, graban las charlas bien para uso privado bien para compartirlas con colegas y amigos ¿puede ponerse un Congreso en contra de su propia gente?

Imagen tomada en un congreso cualquiera de cardiologia. No es muy buena pero muestra bien la idea. Los puntos luminosos son personas tomando fotos de las diapositivas del ponente. Que en teoría estaba rigurosamente prohibido
Apreciado Jose Juan Gómez, felicitaciones por este interesante tema que propones con la entrada en el blog.
Sin lugar a dudas, Twitter es una herramienta que disponemos para dar valor y sentido específico a su uso en la transmisión del conocimiento.
En mi humilde opinión, siendo enfermera, decirte que el compartir conocimiento es fundamento en la evolución y desarrollo del ser humano saludable y coherente con valores que lo confieren humanizado. Siempre lo ha sido y continúa siéndolo pues es la fuente de la sabiduría humana. El conocimiento se transmite de generación en generación con el propósito de adaptarnos mejor al medio y evolucionar como especie.
Lo único que cambia es la forma de transmisión. Hoy la tecnología nos premia con herramientas de un potencial excepcional que incluso se escapa del control humano.
Cuando los valores que priman hacen referencia al amor, el propósito del uso intelectual de una red social como Twitter se ve alineada con este principio al que hago referencia de crecimiento. Cuando los valores hacen referencia al miedo, por ejemplo, como para tener la necesidad de poner normas de uso para tomar control de ese uso, se aleja completamente de la esencia de la herramienta y se asume que el ser humano por lo general no tiene capacidad ni libertad u autonomía para contribuir en el colectivo, por ello tiene que aparecer el estamento que ponga unas reglas de juego. Y en mi opinión esto va en contra del propósito.
La cuestión creo yo es reflexionar en el uso real de una red como Twitter que como todo uso de tecnología viene de la mano de la responsabilidad que como seres humanos tenemos. Ahora bien,¿cuánto de responsables somos?, ¿cómo nos enseñan desde pequeños a ser responsables?, ¿las organizaciones médicas y enfermeras, de qué manera están dando ejemplo de dicha responsabilidad?
Un saludo de todo ❤️
Raquel Franco