El nuevo código ético de Eucomed hará que a partir del 1 de enero de 2018 las industrias de tecnología médica no consideren aceptable pagar de forma directa los gastos relacionados con la asistencia a un congreso médico. ¿Es el principio del fin de los grandes congresos y del sistema actual de formación continuada?
Eucomed y el nuevo código ético
Eucomed es una alianza de las empresas relacionadas con la tecnología médica en Europa. Según nos explican en su página web representan a más de 25.000 compañías implicadas en el desarrollo, producción y distribución de más de 500.000 productos médicos que van desde las sillas de ruedas a las prótesis de cadera o los marcapasos. En principio su misión es «hacer tecnología moderna, innovadora y fiable accesible a más personas». Otra forma de ver a Eucomed es como una gran asociación que explora iniciativas y políticas comunes para las industrias de tecnología médica.
La noticia es que Eucomed, una asociación de empresas de la que probablemente no hayas oido hablar nunca acaba de anunciar un nuevo código de prácticas éticas que supone cambios muy importantes en la relación entre los médicos y la industria de tecnología médica. En principio no afecta (todavìa) a las compañías de fármacos pero a los cardiólogos nos pilla de lleno: stent, marcapasos, etc, etc.
El fin del patrocinio de los asistentes a congresos médicos
Voy a tomar algunas frases directamente del documento traducidas al castellano de la forma más fiel posible para que os hagáis una idea de los cambios que se nos vienen encima. Puedes ver el documento completo en este link.
- Se establecen unas guías con los criterios que debe cumplir un congreso médico para ser aceptable para patrocinio por la industria. Y desmarca el patrocinio de la industria de cualquier cosa relacionada con ocio o programa social.
- El código establece que a partir del 1 de enero de 2018 las compañías (las adheridas a Eucomed) no proporcionaran soporte económico directo a los profesionales de la salud para costes relacionados con la asistencia a congresos médicos. El documento especifica que la normativa es aplicable a lo que llama «asistente pasivo», es decir a la persona que va simplemente como asistente. Los ponentes y las personas con un papel específico en el programa si serian elegibles para soporte económico.
- Las compañías podrán seguir financiando costes relacionados con congresos pero de forma diferente, a través de «Becas de educación». Estas becas no se darán directamente a los profesionales, sino a través de organizaciones o entidades.
- Las becas tendrán que estár apropiadamente documentadas de tal modo que puedan estar accesibles a una evaluación objetiva. Y deben estar siempre bajo un acuerdo por escrito entre la compañía que la proporciona y la organización que la recibe.
La crítica al cambio de modelo
Las primeras reacciones no se han hecho esperar. La revista EuroIntervention, que es la revista de la Asociación Europea de Intervencionismo Cardiovascular publica un editorial de la pluma de su editor jefe, el Dr Patrick Serruys, que muy duro con este cambio de política. A la que se pueden hacer muchas críticas.
- La primera crítica es que este nuevo código es una iniciativa unilateral ya que está hecho «por la industria y para la industria» sin ningún tipo de consulta o contacto con los médicos. Y siempre queda bien justificar bajo profundas razones éticas prácticas que beneficien a la actividad de la industria.
- La desaparición del soporte económico a los médicos tendrá la consecuencia inmediata de que dejaremos de ir a los congresos. Que tienen un coste que a dia de hoy es exageradamente alto para el sueldo de un médico medio. Los autores calculan que los congresos perderán un 30-50% del número de asistentes.
- La imposibilidad para asistir a los congresos se traducirá en una reducción de oportunidades de mantener la formación médica continuada que puede tener un impacto directo en el manejo de los pacientes.
- El sistema abre la puerta a que las compañias puedan ser mucho más selectivas con respecto a las organizaciónes y congresos que deciden patrocinar (les pone mucho más fácil definir el «target»), es decir, pueden ser más independientes con respecto al filtro que pueden suponer las sociedades médicas.
- El código es «Europeocéntrico«, lo que crea barreras a los centros educativos y congresos europeos y pone en ventaja a los situados fuera de Europa.
- El código protege a los grandes «popes«, que siempre van a tener el soporte de la industria y deja desprotegidos a los médicos jóvenes que son los que siempre tendrán menos oportunidades.
De momento, dosis de ética… y doble dosis de problemas
Desde mi punto de vista, este nuevo código ético crea dos problemas importantes para los que no hay solución a corto plazo:
- Convierte la asistencia a un congreso en poco menos que misión imposible. En España, con el gobierno y las comunidades autónomas desaparecidas, la formación continuada está basada en los congresos y en el soporte de la industria. La asistencia a los congresos caerá de forma dramática. Y la formación continuada quedará en las manos de la buena voluntad y la iniciativa de cada médico particular.
- Los congresos son la principal fuente de financiación de la mayoría de las sociedades médicas. Que se van a encontrar en un plazo no muy largo de tiempo con que sus esquemas económicos no funcionan. Y tendrán que plantearse muchas cosas.
Pero también hay voces, como las del prestigioso bloguero Larry Husten que sugieren que en realidad el cambio puede ser muy positivo. Ya que ofrece la posibilidad de rediseñar toda la relación entre industria y medicina. De cambiar por completo el sistema de los congresos médicos. Y de quitarnos de encima los muchos vicios que tiene el sistema.
¿Qué opinas? ¿Oportunidad o amenaza? ¿Qué consecuencias crees tú que puede tener la desaparición del patrocinio para asistir a los congresos médicos?
Enhorabuena por el articulo Jose Juan y sobre todo por sacar este tema a debate. Como siempre tan activo e incisivo.
Conocía este nuevo código ético desde hace un par de años dado que soy parte del Board de la European Heart Rhythm Association (subsidiaria de la Sociedad Europea de Cardiologia), una de las sociedades científicas a las que le afecta de lleno y desde la cual se ha seguido con preocupación, especialmente teniendo en cuenta que nuestro congreso (EHRA 2018, Barcelona 18-20 marzo) sera uno de los primeros en enfrentarse a el (aplicación opcional en 2017, de obligado cumplimiento a partir del 1 de enero de 2018).
Las condiciones que se han comentado para patrocinar la asistencia a los congresos se han expuesto bien aunque me gustaría puntualizar/complementar dos aspectos:
1. Como se ha comentado las becas que darán las empresas a distintos entes (sociedades científicas, fundaciones, hospitales) deberán ser adjudicadas de una forma objetiva. Sin embargo y adicionalmente, esta condiciones de adjudicación no podrán ser especialmente detalladas o dirigidas de forma que prácticamente solo las cumplan uno o unos pocos profesionales (ej. electrofisiologo del Hospital La Paz mayor de 50 años y con especial expertise en flutter auricular izquierdo = Dr. JL Merino). Por lo tanto, si la compañías patrocinadoras no pueden de alguna forma participar en la decision de a quien patrocinan (es licito pensar que una compañía de marcapasos le interesara financiar la participación al congreso europeo de arritmias a profesionales con actividad en su campo en lugar de que se emplee su aportación para profesionales dedicados a anticoagulantes, por poner un ejemplo extremo) perderán interés en dicho patrocinio. Ademas, se corre el riesgo de que parte de los fondos de patrocinio se empleen para gastos asociados (ejs. pago de porcentaje de gastos de gestión/overhead, etc) o que directamente se pierdan por el camino para otros usos.
2. Es verdad que las empresas no podrán patrocinar directamente la participación a congresos u otras actividades formativas pero con una excepción: que dicha actividad sea directamente organizada por ella misma o en cooperación con hasta un máximo (creo recordar) de hasta otra empresa. Por lo tanto, según este nuevo código ético es menos ético financiar la participación de un cardiólogo al congreso europeo de cardiología que se celebra en Barcelona que llevarle por la compañía X a Madeira a un simposio solo sobre productos de la compañía X y con ponentes pagados por la compañía X y con multiples potenciales conflicto de interés de la compañía X (eso si, se les decir que pongan una diapositiva de conflicto de interés que se se pase en 25 milisegundos).
Hay mas consideraciones que se pueden hacer sobre aspectos que ya se han comentado (no es obligación de las empresas proporcionar educación medica aunque si son claramente beneficiarias de ella por diversos motivos, evolución de los congreso medicos, etc) y otros pero lo dejo aquí para no enrollarme mas.
Un saludo y enhorabuena otra vez por el articulo y por lo comentarios.
JL
Creo que estamos ante un fenómeno de movimiento pendular una vez más. hemos pasado del «todo vale» al «nada (o casi nada) vale». Soy médico y trabajo en la Industria; muchos años en una Multinacional gigante de Farma, antes en otras más pequeñas y actualmente en una pequeña-mediana Multinacional de Dispositivos Médicos. Me creo, por ello, autorizado a tener una opinión sobre lo que he vivido… y he visto cosas que me avergonzaron tanto de ser médico como de trabajar en la Industria. Pero eso no era la Norma. Las reglamentaciones se introdujeron para proteger a los Laboratorios que trabajaban dentro de los márgenes de la ética y «meter a todos en vereda»; pero sigue habiendo voces discrepantes con todo este mundo que pesan mucho (de alguna forma los «antisistema de la medicina» que todos conocemos) que aún quieren más control y restricciones. Pues bién, aquí están. Si es bueno o malo el tiempo nos lo dirá; pero mucho me temo que para evitar abusos de unos pocos se va a castigar a otros muchos. Europa no tiene unos salarios y unas deducciones de impuestos como EEUU en beneficien del médico que se paga su Congreso (quizás eso es lo que hay que pelear por conseguir).
La verdad es que podríamos seguir mucho tiempo con este tema ya que tiene muchas facetas y no es fácil una toma de postura simple. De nuevo, el tiempo nos dirá.
Muchas gracias por el artículo Dr. Gómez, y también por las contribuciones de los demás. Creo que es una discusión muy interesante de un tema que sin duda impactará al sector de la salud en el futuro, si no lo está haciendo ya.
No soy médico, sino que trabajo en una empresa proveedora de software para empresas farmacéuticas y medical device para mejorar la gestión en todos los temas relacionados con compliance, como la aplicación de estos nuevos códigos éticos en los procesos de las compañías.
La verdad es que sorprende la decisión de prohibir el patrocinio de ciertas actividades, que claramente representan una fuente de formación para los profesionales sanitarios. El código regulatorio de la EFPIA a nivel Europeo y la posterior aplicación en España a través de Farmaindustria, en ningún momento han tratado de limitar las transferencias de valor (exceptuando ciertos limites que podemos considerar normales en su mayoría) entre compañías farmacéuticas y los profesionales de la salud, sino simplemente transparentar dichas transferencias de valor.
La transparencia es buena, sea cual sea el ámbito. Evita interpretaciones erróneas y asegura el buen hacer de las relaciones comerciales y profesionales. Es más, gracias a la transparencia y a los futuros informes de divulgación, por primera vez «el público» entenderá el esfuerzo económico que está realizando el sector privado, me refiero la industria farmacéutica y medical device, invirtiendo en el sector de la salud, a través de colaboraciones y patrocinios. Es una relación natural en favor del avance de la medicina, donde por supuesto la industria también se beneficia del conocimiento, experiencia y participación de los médicos. No podemos romper esta simbiosis.
Pero como bien decíais anteriormente, este código que afecta a ambas partes, parece que ha sido elaborado de forma unilateral, como también pasó con el código regulatorio de la EFPIA. Es una lástima que este tipo de proyectos y futuras regulaciones no se elaboren conjuntamente, para el bien y beneficio de todos.
Pero esta vez, realmente veo un espíritu, si así se le puede llamar, bien diferente en el caso de esta nueva regulación para el sector medical device, que parece que no entienda la importancia de la colaboraciones. El objetivo debería ser transparentar, y no limitar.
Muy actual el tema que saca a colación el Dr. Juan José Gómez de Diego (http://cardio2cero.com/el-futuro-de-los-congresos-en-medicina-y-el-nuevo-codigo-etico-de-la-industria/ ) y que continua brillantemente Miguel Ángel Máñez (en http://saludconcosas.blogspot.com.es/ )
Aunque sabemos que no es nuevo, y desde 2013 quedó casi zanjado con el Código Ético de Farmaindustria.
Tampoco lo es la feroz crítica que sufrimos los médicos por parte de la opinión pública y periodística sobre las «magras prebendas» que en teoría nos ofrecen a los profesionales, que parece ser somos unos facinerosos-muertos-de-hambre pagados por la farma-industria capitalista y que se enriquecen en simbiosis a costa de maltratar a los pacientes con medicación innecesaria.
Y esa es también la opinión creciente de neo-lobbys de médicos encuadrados en plataformas “de caza al médico” como “No gracias”, Farmacríticxs, Pharmaware o AMSA Pharmfree, entre las muchas que proliferan últimamente a saber con que beneficios, financiación e intereses. Porque no regalan nada. Lo venden. (Lo único que me parece justo).
Viles somos cuando recetamos Crestor, malvados cuando intentamos cambiar a una atorvastatina genérica y ruines ¡Faltaría más! por utilizar ese «veneno» de la industria. El re-infarto, ya se previene solo.
Somos esbirros de la administración cuando tratamos de retirar medicación a ancianos poli medicados “Este médico solo piensa en quitarnos las medicinas” y cómplices de la industria cuando peleamos por poder usar dabigatran o prasugrel -pongamos por caso- Y no sigo porque me pierdo con el cabreo.
No se trata pues, únicamente, de quien financia los congresos médicos, sino de que diantres quiere o espera la sociedad de los médicos.
Aunque parezca increíble, todavía persiste en el imaginario colectivo un médico que vive en urbanización de lujo, y llega a casa en su porsche 911 después de haber dejado boquiabiertos a sus amigos en el club de golf, planeando la cacería en Badajoz del fin de semana próximo… Pagado por la industria farmacéutica.
Infumable.
El médico medio de hoy en día, si encuentra trabajo, no llega fin de mes a no ser que se mate haciendo guardias y quebrantando su salud. ¿Formación? ¿Cuándo? ¿Arrancando horas a la familia porque ya no puede acompañarte el conyugue ni pagándolo de tu bolsillo? ¿Vende acaso alguien su integridad por un entrecot? ¿Repitiendo el MIR porque no tiene trabajo y así gana 1.600 euros al mes durante unos años más antes de volver a la cola del INEM?
Pues bien. Hagamos la transición a nuevos sistemas de formación y reciclaje, pero, aún reduciendo al máximo los costes, deberá tener un atractivo para que se formen y reciclen la mayoría de los profesionales –si la sociedad así los quiere-. Y seguirá teniendo un coste. Y alguien deberá pagarlo. Y no lo va a hacer el profesional porque la competitividad –motor de todo lo bueno- no existe en un sistema sanitario socializado como el español salvo para “el prestigio” y “el prurito personal”
Pero con eso no se viste ni alimenta a la familia.
Hace tiempo que, venturosamente, se acabó el trabajar gratis. Eso solo lo hacían los esclavos y la esclavitud se abolió en occidente hace muchos años.
Parece que hoy me he quedado a gusto… Disculpen la transgresión políticamente incorrecta.
Muchas gracias por el comentario. La verdad es que personalmente estoy de acuerdo contigo en la gran mayoría de cosas… e incluso en el tono con que las cuentas. Abrazo
También hay que tener en cuenta que casi en el resto de profesiones, la formación de los individuos corre a cuenta de ellos mismos.
«Arrancando» horas de estar con sus familias, sin ningún programa social ni entrecot. Y si no encuentran trabajo, repiten su «MIR» particular o trabajan en otra cosa distinta a la que estudiaron.
Totalmente de acuerdo,
Yo soy medico y he asistido ya a algun que otro congreso y es una falacia decir que ahi se esta haciendo formacion cuando todas las charlas van encaminadas a venderte el producto que las patrocina.
Si quieres estar al dia tienes que estudiar en tu casa claro esta y de ina manera independiente y juzgando lo que lees, esa es la formacion. Y no irte in fin de semana a canarias con tu familia a cuenta de la farmaceutica X. Y por cierto, me agotan todos esos representantes q se psan el dia diciendote miles de bobadas q ya sabes y robando tiempo de tu trabajo que deberias dedicar a los pacientes. Seamos sinceros y dejemonos de bobadas
Muchas gracias por este artículo tan interesante. No conocía «Eucomed» como institución, pero si es bien cierto que desde hace ya un año vengo escuchando por parte de personal de la industria de tecnología médica que esto se iba a producir, al igual que ocurrió en su momento con Farmaindustria. Comparto tu opinión de que la asistencia a los congresos, no tanto posiblemente a los grandes congresos, pero si a congresos más pequeños y especializados, caerá dramáticamente, como lo ha venido haciendo ya con la política interna instaurada en algunas compañías de fármacos de no financiar inscripciones a reuniones o congresos. Esto lleva tiempo influyendo en la manera de organizar los congresos, el número de congresos que se organizan y, en ocasiones, en la calidad de los mismos. Esta nueva política es simplemente, un paso más.
Que las sociedades tienen que buscar nuevas fuentes de financiación es algo que también parece evidente, y aquellas que han tenido visión de futuro ya llevan unos años preparándose para el cambio que ya está ahi. Cambio motivado, no solo por estas medidas de la industria, sino por el cambio de era en el que nos encontramos. Las fórmulas tradicionales están comenzando a ser insuficientes. Vivimos en una sociedad informacional, no ya de la información, en la que espacio y tiempo se miden de manera diferente. Los que vienen pisándonos los talones son usuarios multipantalla que, para bien o para mal, esto sería otro tema, se levantan y acuestan con su dispositivo móvil y comen y cenan con el. Necesariamente las fórmulas tradicionales deben cambiar, deben adaptarse. Esta nueva política, que parece pondrá grandes trabas al profesional para su asistencia a congresos, puede ser en cambio un revulsivo para aquellas sociedades todavía ancladas en las viejas fórmulas. Y esto será positivo.
Por encima de todo esto, lo que me parece triste es que la formación continuada de los médicos, algo sin duda clave en el desarrollo de su profesión, dependa, en parte de políticas de este tipo.