La tecnología está cambiando la forma de acceso a la información en medicina. Y la revista Circulation Cardiovascular Quality and Outcomes acaba de publicar un artículo en el que se plantea ¿estamos viendo el fin de las revistas médicas?
Un poco de contexto
La combinación de Internet y smartphone está cambiando absolutamente todo lo que toca. Y es de suponer que la forma en la que tenemos acceso a la información en medicina también va a cambiar de forma radical.
El Dr. Harlan M Krumholz, editor de Circulation Cardiovascular Quality and Outcomes acaba de publicar un editorial más que interesante en el que expone las 9 grandes deficiencias de las revistas médicas que en su opinion hacen pensar que el modelo puede estar viendo su final. Las personas que tengan interés en el artículo original (en inglés, claro) pueden hacerlo con solo un clic a la página web de la revista donde el artículo está disponible de forma gratuita. Aquí os voy a hacer mi resumen de las ideas que me parecen más interesantes.
Los problemas de las revistas médicas
- Son demasiado lentas. El proceso de publicación, entre envío, revisiones, pitos y flautas se va a varios meses. Más todavía si te rechazan el artículo y lo intentas en otra revista. Y esto retrasa la transmisión del conocimiento científico.
- Son demasiado caras. La estructura necesaria para mantener una revista es costosa. En muchas revistas los autores deben pagar para poder publicar. Y para el público en general el precio de las suscripciones está ya en el rango de lo prohibitivo. Por poner un ejemplo, un año de Circulation cuesta a dia de hoy 615 dólares. Esta es toda una barrera de acceso. Y muy probablemente el acceso a la información médica se empiece a ver más como un derecho que como un producto de consumo.
- El formato de publicación está demasiado limitado. Publicar un artículo, por bueno que sea, obliga a seguir las reglas de la revista y a limitar el texto a 3000-5000 palabras. Cuando quieres publicar algo bueno tienes que resumir un montón. Y hay mucha información importante que no puedes publicar.
- El funcionamiento es impredecible. El proceso por el que las revistas revisan y seleccionan los artículos no es transparente. Y es dificil entender por qué un artículo no entra en una revista y sí en otra de similar categoría.
- Están demasiado centradas en el dichoso factor de impacto. Que es una métrica estupenda pero no el objetivo principal . El factor de impacto depende del numero de citas que un artículo tenga en otros artículos o revistas y se ha convertido en el centro de un sistema con muchos vicios. De tal manera que muchas revistas centran su política en potenciar aquello que mejora el factor de impacto, que no siempre es equivalente a potenciar el conocimiento científico.
- Algunas revistas son demasiado poderosas. La elección de determinados artículos puede potenciar la carrera científica de un profesional. O las ventas de un producto farmacéutico. Y esto puede influenciar demasiado la forma en la que se transmite el conocimiento.
- Pueden ser demasiado caseras, es decir, tener preferencias basadas en el lugar de origen de una publicación.
- La información publicada es estática. Un artículo es algo inmovil, sin posibilidades de interactuar con la audiencia o de evolucionar con las opiniones de los lectores.
- Tienen su propio modelo económico. Muchas revistas cobran por la publicidad. Algunas, una cantidad importante. Todas someten al tercer grado a los autores para que declaren cualquier conflicto de intereses pero ninguna reconoce que puede tener sus propios conflictos de intereses en base a sus propias relaciones comerciales.
El futuro… a la vuelta del smartphone
Los costes de las inscripciones estrangulan el acceso al conocimiento médico. En un momento en el que la web está cambiando la forma de acceso a cualquier tipo de conocimiento. Digital. Fácil. Transparente. En España hemos visto como toda la prensa se ha visto obligada a cambiar su modelo de negocio y dar el paso de adaptarse al medio digital. ¿Tiempo también para las revistas médicas?
El lector, también el de contenido científico, es soberano a la hora de decidir a qué contenidos accede y a cuáles no. El acceso a través de bibliotecas virtuales garantiza que la gran mayoría de profesionales puedan acceder a información científica. Incluso la OMS/WHO mantiene una Biblioteca virtual para países no desarrollados o en vías de desarrollo (otro tema es el acceso a la Red por razones logísticas o de otro tipo). La decisión de qué merece la pena leer y qué no es absolutamente personal. Desde el punto de vista ético, la mayoría de los editores de las publicaciones más o menos generalistas y prestigiosas publican la información relevante para la práctica clínica de forma inmediata y como Acceso Libre, y por lo general, todo lo demás publicado a los 6-12 meses de su publicación. Acceder a la revista científico-médica más prestigiosa y seria cuesta, «on line» (Pc/MAC-iPAD-Smartphone) ¡¡3 dólares cada número semanal!!, e incluye acceso a tutoriales, seminarios, hemeroteca, how-to, forums, etc. En mi entorno, un diario de información general cuesta aprox. 5 dólares/semana. La suscripción básica a Netflix 8 dólares/mes y la estándar 10 dólares/mes.
Así que la publicación editorial solvente no creo que esté en crisis. Tu decides en qué empleas tu dinero. E insisto, es el lector el que decide quien va a seguir participando en el juego y quien no.
La verdadera crisis editorial es la que ha surgido del fraude científico y de esa especia de «pay-for-play» (written assistance a tantos dólares + fast submission a tantos dólares + fast review a tantos dólares + premium service de fast publication and citation a tantos dólares) a lo «compra monedas para el CandyCrush» que sesga la publicación editorial y lleva a recibir en el correo electrónico cierto tipo de mensajes (y es copy&paste aunque silencie el nombre del journal) y han dado lugar a una firme crítica de lo editores y editoriales que intentan hacer del rigor, unas veces con éxito, otras no (no confundamos hipótesis que resultados posteriores invalidan, eso es ciencia, no fraude) el estandarte de la Publicación Científica. Porque el lector científico es inteligente, y sabe cuándo le están intentando engañar y soberanamente decide, como un espectador cualquiera, no volver a ver esa película, o ese director u obra teatral porque el argumento era malo o los actores y actrices pésimos, y además lo sabe porque ha asistido al espectáculo y no porque se deje guiar ciegamente por críticos literarios, teatrales o cinéfilos.
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MENSAJE (UNO DE TANTOS) RECIBIDO POR e-mail NO IDENTIFCADO COMO SPAM (Remitente seguro)
Dear Dr. ——————-
The «Journal X» invites you to submit your research in the fields of basic cardiovascular science, clinical cardiology and cardiac surgery, with a focus on emerging issues in cardiovascular disease. The journal strives to publish papers integrating clinical and research activities and encourages multidisciplinary dialogue between cardiologists, cardiothoracic surgeons, cardio-pulmonary physicians and cardiovascular scientists.
The journal offers a fast and efficient publication process with many benefits to authors including:
• Global dissemination of your research
• Impact factor of 1.438
• Submission to first decision – approx. 6 weeks
• Fast publication – published online (and citable) just 3.3 weeks* after acceptance
* Current average
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With hundreds of thousands of article downloads from over 100 countries across five continents, «The Journal X» is a trusted resource used by researchers and medical practitioners from all corners of the world.
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Y no pensemos que este modelo de negocio por ser más potente en China, la India o Egipto es algo de naciones en desarrollo. Este correo procede de una Editorial poderosa de implantación mundial con sede corporativa en Europa en Holanda, Unión Europea.
En tiempos pretéritos una vez que tu «paper» había sido aceptado era OBLIGATORIO encargar a la editorial un cierto número de separatas (10 a 20, era lo habitual) que se destinaban a repartir entre los co-autores o enviar a quien solicitaba por algún motivo el artículo. Obviamente, en los tiempos actuales, no se justifica aunque sea por razones medioambientales, ese gasto en papel o de imprenta. Ahí es donde los editores y editoriales deben agudizar el ingenio, encontrar un modo que satisfaga a ambas partes para que los autores contribuyan a los costes fijos y no afecte a la neutralidad del Comité Editorial a la hora de evaluar el rigor e interés científico y/o clínico. Difícil, pero no imposible, porque este modelo del «Call for Papers», seguramente bueno en sus intenciones iniciales, está dañado.
Muy de acuerdo en el diagnóstico, doctor, no tanto en el tratamiento. La digitalización de la prensa a la que aludes al final del artículo aún no ha traído consigo un modelo de negocio que garantice su supervivencia empresarial. En España, los casos de éxito (o mejor dicho, de no fracaso) están más relacionados con el mecenazgo y el crowdfunding que con el pago por la visualización de contenidos. El reto, también en las revistas médico-científicas, es implantar un sistema más rápido, interactivo y plural, sin que se produzca merma del rigor y la calidad… ni aumento de precio.
Muchas gracias por el post!
Excelente artículo; lo suscribo totalmente. Especialmente en Venezuela, la diferencia cambiaria para nosotros hace obscena y prohibitiva la suscripción personal a cualquier revista científica internacional. Por la parte de la publicación como autor, por acá se ven cosas como que te publican más fácil si conoces al editor. Definitivamente todo está cambiando con el acceso a la información especialmente desde los smartphones. Por otra parte, hay mucho intrusismo en el área médica de gente que por intereses oscuros se dedica a desinformar y somos los médicos los que tenemos la obligación de orientar al público no médico en todas las ramas del saber médico.