JAMA publica un artículo sobre Apps en Medicina que es una lectura obligada (free) para todos los interesados en gadgets y dispositivos móviles aplicados a la salud ya que demuestra que no están libres de problemas. Dicho de otro modo… ¿cómo se que valen para algo?
El problema: Intento de validación de una de las Apps en Medicina
El trabajo es muy sencillo. Existe (existía) una App llamada Instant Blood Presure (IBP) diseñada para estimar la presión arterial con un método curioso consistente en poner poner el dedo índice sobre la cámara del teléfono y colocar el borde del teléfono sobre el lado izquierdo del tórax sobre el corazón. Y esperar como medio minuto a que la App hiciera sus cálculos.
La App estuvo en el Apple Store entre el 5 de Junio de 2014 y el 30 de Julio de 2015 y se retiró por razones no muy claras. Durante 150 días la App fue una de las Apps top ventas con aproximadamente 1000 descargas diarias a 4.99$
Los investigadores simplemente se propusieron analizar la utilidad de esta App. Ver si efectivamente hace lo que prometía, medir la tensión arterial y diagnosticar a los hipertensos. El diseño del estudio fue tan simple como seleccionar una muestra de 85 personas y medirles la tensión con la App y con un esfingomanómetro de los de toda la vida. El resultado todo un desastre. Correlación pésima, no hay más que ver la gráfica que he puesto en el encabezado del post. Y rendimiento para detectar a los pacienes hipertensos muy pobre. Sensibilidad de 0.22. Dicho de otra manera, la App tenía una tasa altísima de falsos negativos, de tal modo que 4 de cada 5 pacientes hipertensos pasaron como pacientes con tensión normal.
El resultado final es que se vendieron 150.000 copias de un programa que sencillamente no funcionaba. No sólo no diagnosticaba a los hipertensos, sino que los dejaba con una sensación de tranquilidad absolutamente falsa. Que puede tener, por supuesto, implicaciones en la salud de los pacientes.
El problema de la fiabilidad de las Apps en medicina
El artículo de JAMA pone sobre la mesa uno de los grandes problemas de Internet en medicina. Estamos viviendo una auténtica explosión de webs, apps y gadgets dedicadas a la medicina. La mHealth (aplicación de la tecnología móvil a la salud) es un campo con unas posibilidades sensacionales. Pero… ¿cómo se que me puedo fiar?
Lo cierto es que a día de hoy no existe ninguna regulación específica. El único respaldo científico más o menos visible es el prestigio de los autores. Que pueden ser más o menos conocidos… o no dar la cara por ninguna parte. Así que cada vez es más necesario crear un sistema que permita reconocer a las Apps que son realmente útiles y darles un distintivo profesional.
Existen ya algunas iniciativas como las de la Fundación iSYS que ha creado un score que permite valorar las Apps de salud en base a criterios objetivos. Pero el problema está lejos de resolverse. El trabajo de JAMA demuestra que las Apps de salud deben ser validadas para permitir un uso seguro. Asi que estamos aun esperando a que alguien, que tendría que estar entre las autoridades sanitarias o en las sociedades científicas tome el toro por los cuernos. El objetivo sería crear una biblioteca de recursos confiables. Y que los médicos tuvieramos una serie de recursos que poder «recetar» a nuestros pacientes.
[…] los usuarios? Pues lo más parecido a un criterio que tenemos es ver la popularidad de una App (que no siempre es garantía) o seguir la recomendación de un conocido o de un artículo de una web o una revista. O podemos […]